A FAVOR
Desinforma que algo queda
Por: Alfredo Guzmán *
Martes 23 de Marzo del 2010
La anticoncepción oral de emergencia (AOE) está nuevamente en el debate público por la decisión del Ministerio de Salud de distribuirla gratuitamente en todos los establecimientos de salud, luego de la opinión dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que esta no es abortiva. Ante ello, los detractores de tal medida tratan nuevamente de desinformar a la opinión pública.
En un último artículo el arzobispo de Piura, José Antonio Eguren, en este Diario, pone en duda la condición científica y técnica de la OMS en esta materia. La OMS es un organismo técnico de las Naciones Unidas reconocida y líder en el campo de la salud en general, y sus opiniones y propuestas están basadas en evidencias científicas, desde cómo afecta a la salud el cambio climático, las catástrofes, las enfermedades crónicas, infecciosas, los medicamentos, las vacunas y también los aspectos de la salud reproductiva, como es este caso. No es cierto que promueve el aborto, sino que señala que el aborto clandestino y en condiciones inseguras mata a muchas mujeres en el mundo y por ello sería conveniente que en aquellos países en que este no es legal (en más de la mitad de los países del mundo es legal), se tenga amplio acceso a métodos anticonceptivos por parte de la población para evitar embarazos no deseados y se contemple la posibilidad de ampliar el aborto legal a casos de violación y malformaciones fetales congénitas incompatibles con la vida, y no solo en caso de peligro de la vida de la madre.
Se cuestiona que la OMS considere que el embarazo comience con la implantación y no la fecundación o fertilización. A este momento la ciencia le llama concepción y no a la fusión de los gametos que es la fertilización. Todos los que estudiamos medicina sabemos que ello es así, porque en el proceso que ocurre desde la fertilización del óvulo con el espermatozoide hasta su implantación en el endometrio se pierde normalmente el 70% de ellos, o muchas veces esto da lugar a un embarazo sin embrión (saco ciego), o a una mola hidatidiforme, que no son en absoluto un nuevo ser o embrión. Solo la implantación permite la secreción de una hormona HCG, que es el primer indicio clínico de que esa mujer esté gestando. Antes no existe ninguna prueba que permita saber si una mujer está gestando o no, y eso es evidencia científica.
La AOE, como lo demuestran los cientos de estudios realizados en pruebas clínicas, actúa previniendo la unión del óvulo con el espermatozoide al impedir la progresión de los espermatozoides y retrasando la ovulación. Esos estudios han sido explicados y mostrados en los múltiples debates que se han llevado a cabo sobre el tema. Por el contrario, sus detractores nunca han mostrado alguno que pruebe sus afirmaciones. Se refieren al Vademécum estadounidense, pero no a lo que dice sobre la AOE sino sobre el compuesto farmacológico, el Levonorgestrel en dosis mayores y administrado en forma continua que no es el caso de la AOE, que es una sola toma. Por último sería interesante conocer cuáles son las otras instituciones de igual o mayor prestigio o competencia que la OMS, a que se refiere el arzobispo Eguren, ya que la opinión que conocemos solo es de instituciones no académicas ni científicas vinculadas a la Iglesia.
Acá lo que se trata es de poner a disposición de las mujeres un método anticonceptivo que puede en un 85% de los casos evitar un embarazo no deseado y evitar así el riesgo de recurrir a un aborto que ponga en peligro su vida, y que cada persona de acuerdo con sus convicciones vea la conveniencia de usarlo o no. Como bien dice el arzobispo Eguren, no se debe actuar por presión de grupos interesados, como fueron los que hicieron que el Tribunal Constitucional cambiara su sentencia el año pasado.
[*] Médico y consultor en salud pública
http://elcomercio.pe/impresa/notas/desinforma-que-algo-queda/20100323/450663
EN CONTRA
DEBATE: EL REGRESO DE LA ANTICONCEPCIÓN ORAL DE EMERGENCIA
Efecto abortivo sí puede ocurrir
Por: Renzo Paccini Médico
Martes 23 de Marzo del 2010
La resolución con que el Ministerio de Salud (Minsa) dispone distribuir nuevamente la anticoncepción oral de emergencia (AOE) dice basarse en información científica que le permite afirmar hoy —categóricamente— que “existe certeza de que el uso de levonorgestrel como AOE no es abortivo”. Como otros han comentado, el procedimiento seguido en términos legales no es válido, ni siquiera si se aceptara como cierta la información científica que sustenta la resolución. ¿Pero dicha información es cierta?
A la fecha, el consenso científico sobre la AOE y sus mecanismos de acción —verificable por cualquier médico de nuestro país que tenga formación regular, rigor académico y sea honesto— se puede resumir en cuatro puntos. No se conocen sus mecanismos completamente, son necesarios más estudios. Inhibe la ovulación, pero este mecanismo no opera siempre y por sí solo no explica toda su eficacia para evitar un embarazo. No afecta al embrión una vez que ya está implantado. Y finalmente, no se puede descartar que interfiera con la implantación del embrión, lo que es causar un aborto. Esto lo afirma Leung y colaboradores en una revisión de los estudios de los últimos 10 años, publicado en febrero pasado en la revista “Pharmacotherapy”; y lo afirman, en una revisión actualizada a marzo de este año, dos de los principales investigadores de la AOE, Trussell y Raymond, de la Universidad de Princeton, firmes partidarios de su uso y difusión, sin que ello llegue a aturdir su rigor intelectual y honestidad científica y ética en la presentación y el manejo de la información fruto de las investigaciones que ellos mismos hacen.
Lo afirman los mismos fabricantes de la droga, prefiriendo el riesgo de perder un mercado al de ser enjuiciados, en países donde las autoridades son firmes con quien manipula información. Lo afirman la entidad reguladora de medicamentos en la Comunidad Europea (EMEA) y en Estados Unidos (FDA), que verifican la información proporcionada por las casas farmacéuticas e investigan continuamente para obtener información propia y vigilar sobre los fármacos en uso. La calidad técnica de ambas instituciones es reconocida internacionalmente; Digemid —su “equivalente” peruano— por ley tiene como referentes oficiales a los “países de alta vigilancia” —léase FDA y EMEA— para regular los medicamentos en nuestro medio, acogiendo —por ejemplo— las alertas que ellas emiten indicando actualizar la información en los insertos de una medicina en uso, según los nuevos hallazgos de sus investigaciones. El Instituto Nacional de Salud (INS) de Estados Unidos informa al público sobre la AOE según los datos proporcionados por FDA. Aun más, la misma OMS —que es un órgano técnico, pero también político— se vale de los informes técnicos proporcionados por FDA, por ejemplo en lo referente a medicinas para tuberculosis y a vacunas; pero curiosamente, respecto a la AOE los descarta.
¿Por qué la Digemid, faltando a sus disposiciones internas, ignora los informes de FDA y EMEA sobre la AOE y se alínea con la opinión de la OMS/OPS? ¿Por qué nuestro Instituto Nacional de Salud informa que no existe evidencia de que la AOE interfiera con la implantación, mientras que su par estadounidense afirma que el efecto abortivo sí puede ocurrir? ¿Qué ciudadanos están recibiendo información falsa, nosotros o ellos? Las razones que tiene el Minsa para reponer la AOE pueden ser de cualquier otro tipo, pero no científicas; y sobre todo son contrarias a la ética.
http://elcomercio.pe/impresa/notas/efecto-abortivo-si-puede-ocurrir/20100323/450627