PRONUNCIAMIENTO
Dime cuántas muertes tienes y te diré si dialogamos
“Respetable” régimen aprista, con el ánimo de no ver nunca más a nuestros hermanos y hermanas indígenas llorando en la televisión, sin entender siquiera las voces que se alzan rabiosas por la pérdida de sus familiares, nos dirigimos a usted.
Entendemos que no es suficiente esta misiva, pero comprenda que nos urge dejar de sentir esos vacíos inmensos en la panza y esos sollozos en los ojos cada vez que anuncian en la tele el número de muertos, perseguidos y desaparecidos que esta vez han dejado las represiones en Bagua.
“Honorable” régimen aprista, entendemos claramente que en la medida que su líder ha dicho públicamente que los y las indígenas son ciudadanos de segunda clase, no puede responder a este pedido, pero trate de percibir la vergüenza que sentimos cada vez que los medios de comunicación colocan la toma de carreteras como un asunto gravísimo, dejando para unas pocas líneas la “intrascendente” muerte de 6 personas en Chala.
Disculpe usted si en la presente, dejamos saber nuestro débil carácter al escandalizarnos por la muerte de personas cada vez que hay una protesta o movilización, y no entendemos que la represión a estos “mineros salvajes” son parte de los daños colaterales que exige el respeto a la “minería buena”, aquella que en el 2005 secuestró y torturó a 29 comuneros en Majaz o que dejó con graves secuelas neurológicas, trastornos respiratorios y cutáneos a toda la población de Choropampa, en el año 2000 cuando la minera Yanacocha derramó mercurio en la zona.
“Distinguido” régimen aprista, las abajo firmantes tratamos de entender que la utilización de enormes cantidades de agua del subsuelo en la provincia de Islay son necesarias para extraer 100 mil toneladas de mineral diarios, durante 18 años; y que esto es clave para el desarrollo del país, a pesar que casi el 70% de las actividades en esa zona tiene que ver con la agricultura y que los principales distritos mineros del país registran niveles de pobreza por encima del 80%.
Dispénsenos si en nuestro ánimo de desear un país donde el derecho a protestar no implique un riesgo para vida; le solicitamos se abstenga de exigir la muerte de pobladores para que finalmente dialoguen con usted. Y es que no podemos dejar de recordar que ya son 67 muertes, las que ha dejado su gobierno durante las protestas sociales.
Le agradecemos infinitamente su proposición, pero entenderá que nosotras no tenemos muertos ni muertas que ofrecerle para que nos dé una audiencia. A las mujeres nos mata la violencia que sufrimos día a día. A las maricas y tracas si no nos mata el serenazgo, nos mata la desatención frente a la epidemia del vih/sida.
Finalmente, quisiéramos pedirle encarecidamente que cuando termine de leer esta misiva, retire el entrecomillado, pues de tanto ver cómo denigra a las personas, no nos queda duda que usted de respetable, honorable y distinguido solo tiene a la gente que vive y resiste en el mismo país que usted mata.
Radikalmente,
Las mujeres, maricas, anti-mineras e integrantes del colectivo Contranaturas
Lima, 15 de abril de 2010