NOTA INFORMATIVA
Rechazo rotundo de gays, lesbianas y trans contra curas pederastas y sus encubridores
(Lima, 24 abr. 2010).- Fueron implacables: un centenar de gays, lesbianas, travestis, transexuales y transgéneros denunciaron pública y tajantemente el intento de los líderes de la Iglesia Católica de usarlos como chivos expiatorios por las violaciones sexuales de cientos de menores a manos de sus sacerdotes.
“Denunciamos no solo las violaciones sexuales a niños, niñas y adolescentes, sino también el delito de encubrimiento que ha existido durante décadas de estos crímenes. Además, rechazamos tajantemente el objetivo de los líderes católicos de relacionar la pedofilia con la homosexualidad, en su intento por encubrir y exculparse de estas violaciones que recién han empezado a denunciarse”, explicaron Maribel Reyes y Jorge Apolaya, activistas lesbiana y gay de la ciudad de Lima.
La protesta pacífica se realizó hoy sábado 24 de abril, en las afueras de la Nunciatura Apostólica (misión diplomática de la Santa Sede) en el Perú, desde las 11 de la mañana, por espacio de casi dos horas. La actividad también fue convocada por agrupaciones y organizaciones de derechos humanos.
Sacerdote perdió los papeles
De manera paralela –y a raíz del anuncio de este plantón a inicios de esta semana–, diversas agrupaciones católicas convocaron también a su propia manifestación en el frontis de la Nunciatura, “en apoyo a la Iglesia y el Papa”. En su propia convocatoria, alertaron de “posibles brotes de violencia por parte de grupos homosexuales y feministas”.
PERO, in situ, quienes reaccionaron con violencia fue primero un joven católico que empujó a un manifestante proderechos que portaba un cartel con fotos de niñas y niños violados sexualmente. Luego, lo hizo el sacerdote peruano-alemá n Carlos María Stiegler, quien se identificó ante la prensa como un sacerdote del Callao: corrió hacia los activistas gays, lesbianas y trans y les gritó que se callaran porque estaban “faltándole el respeto al Papa, que es un santo”.
Los manifestantes proderechos respondieron con un enérgico “NO a la impunidad”, mientras que los medios de comunicación filmaban y fotografiaban la agresión.
Con los lemas “La pedofilia es un crimen, la homosexualidad no”, “Encubrir un delito también es un delito”, “Ni rezos ni oración detendrán al violador”, “Nadie está por encima de la ley”, las activistas lesbianas, gays y trans siguieron con su protesta hasta casi la 1 de la tarde, mientras que los fieles católicos rezaban y pedían perdón a Dios “por los que no creen en ti, no te adoran, no esperan en ti y no te aman”.
¿Cómo estalló la bomba?
En las últimas semanas salieron a la luz los abusos sexuales cometidos contra niños, niñas y adolescentes en diversas comunidades, donde los menores tenían una cercanía con sacerdotes católicos, supuestamente probos y llenos de valores.
A ello siguió la arremetida del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de la Santa Sede, que señaló que los casos de pedofilia y pederastia descubiertos en el seno de la Iglesia Católica se relacionaban no con el celibato sino con la homosexualidad.
Su inconsistente afirmación provocó de inmediato la reacción de diversas asociaciones de la sociedad civil de todo el mundo, que rechazaron este burdo intento de expiar y encubrir las culpas de sus curas pederastas.
A ello se sumó la confesión del grupo católico Legionarios de Cristo, que reconocieron que el sacerdote Marcial Maciel, su fundador, había abusado sexualmente de varios seminaristas en las décadas pasadas, y había tenido tres hijos con dos mujeres. La denuncia se agravó cuando la prensa descubrió que algunos cardenales recibieron sobornos para ocultar dicho escándalo.