En los últimos años, el tema de la educación sexual se ha discutido en diversos medios de comunicación y en diversos ambientes académicos. El asunto, sin embargo, no siempre ha abarcado la atención necesaria de la opinión pública y ha aparecido como un asunto secundario. La importancia de la educación sexual no está centrada solamente en el conocimiento de métodos anticonceptivos, sino en el conocimiento del propio cuerpo, en el respeto y cuidado que cada sujeto imprime sobre sí y en sus derechos sexuales y reproductivos. En este sentido, si bien gran parte de la campaña que se ha levantado en contra de la educación sexual amplia y en la enseñanza de los derechos sexuales y reproductivos en el sistema escolar, es necesario reconocer su importancia y carácter fundamental, en un país que tiene una alta tasa de natalidad, pero también un alto índice de violaciones sexuales y de embarazos no deseados. Estos temas lejos de referirse a una moral cucufata que en lugar de informar oculta, asusta o llena de tabúes a las personas, requieren ser tratados como centros de interés y conocimiento de padres e hijos, de la ciudadanía en general.La educación sexual no es entonces solo el conocimiento de lecciones sobre el uso de anticonceptivos, implica el medio para que las personas aprendan sus derechos y puedan ejercer ciudadanías libres.
