lunes, 8 de marzo de 2010

DOCUMENTAR LA PRACTICA: para pensar‏

Argentina

“Cómo hacer frente a los desafíos: documentación y análisis de prácticas óptimas para promover los derechos humanos en relación a la orientación sexual, la identidad y la expresión de género”.
Entre los días 14 y 17 de enero se llevó a cabo en Buenos Aires el Diálogo Internacional Organizado por ARC International en asociación con Mulabi – Espacio Latinoamericano de Sexualidades y Derechos, contó con la presencia de casi setenta participantes provenientes de distintos países del mundo. El filósofo y activista Mauro Cabral, co-director de GATE (Global Advocates for Trans* Equality), reseña el evento.

A lo largo de las cuatro jornadas de duración del evento se expusieron quince narrativas que fueron previamente seleccionadas entre más de cien. Cada una de esas narrativas daba cuenta de una práctica óptima en particular, desarrollada en quince países diferentes y en diversos niveles de intervención: comunitario, institucional, mediático, social y político. Al calificar como prácticas óptimas el desarrollo de un proyecto, la implementación de un programa, el diseño y despliegue de una estrategia en acciones efectivas se apunta a visibilizar la capacidad de activistas, grupos y redes para producir acciones exitosas en materia de orientación sexual, identidad y expresión de género, y derechos humanos. El éxito de esas acciones implica habitualmente una comprensión profunda del contexto político y social y una gran capacidad para producir transformaciones en ese contexto a través de prácticas de activismo.


Fueron presentadas así la campaña por los derechos reproductivos en el contexto de creciente fundamentalismo religioso en Rumania; el desarrollo de un modelo de trabajo comunitario con lesbianas que viven en situación de pobreza en barriadas de Manila; las prácticas de integración transexual con programas de gobierno en Chile; el empoderamiento de personas LGTB a través de la implementación de programas de salud mental en Sudáfrica; el trabajo en colaboración con las poblaciones hijra y transgénero en India en pos de la prevención de VIH/SIDA; la traducción y adaptación de los Principios de Yogyakarta a las realidades que enfrenta el activismo local en Uganda; el Instituto de Formación para activistas LGTBI de Latinoamérica sobre fundamentalismos religiosos; el combate contra la homofobia en las escuelas holandesas a través de programas de empoderamiento de jóvenes; la utilización de recursos internacionales para el trabajo sobre orientación sexual en los medios de prensa japoneses; la campaña de visibilidad pública de las condiciones del trabajo sexual llevado a cabo por hombres y transgénero en Noruega; la campaña contra la difusión de letras homofóbicas de artistas jamaiquinos de dancehall en Surinam; el trabajo internacional de organizaciones en red en el Sur global y el Este Global; la campaña diplomática para combatir la criminalización de la homofobia en Burundi; la transformación de prácticas discriminatorias que afectan a travestis, transexuales y transgénero en los sistemas públicos de educación y de salud en Argentina; y el desarrollo del manual internacional de protección para activistas LGTBI.


La presentación de las diversas narrativas seleccionadas, así como su discusión en grupos de trabajo y la puesta en común de esos debates en sesiones plenarias permitieron formular, explorar y ahondar el sentido de aquellas prácticas identificadas, justamente, como prácticas óptimas. Más aún, en cada una de esas oportunidades se planteó la necesidad de integrar este enfoque al trabajo habitual sobre derechos humanos aplicado a cuestiones de orientación sexual, identidad y expresión de género.


La propuesta del abordaje de dicho trabajo a partir de la consideración de las prácticas óptimas es un cambio fundamental de perspectiva allí donde la denuncia pública de las violaciones a los derechos humanos que asolan a las comunidades LGTBI – formulada a menudo en clave victimista – es reemplazada por la exposición de las acciones que esas mismas comunidades y sus organizaciones políticas son capaces de llevar a cabo tanto para enfrentar esas violaciones y desmantelar las posibilidades (culturales, normativas, etc.) de su ocurrencia a repetición. Compartir experiencias exitosas, como las que surgieron a lo largo de este Diálogo– implica asumir una decidida posición de empoderamiento personal y político frente a amenazas como la discriminación y la exclusión, la violencia familiar, institucional y social, la persecución política y el avance de los fundamentalismos religiosos.


El Diálogo contó además con tres paneles, también enfocados en la presentación de prácticas óptimas. El primero, integrado Diana Maffía (diputada de la ciudad de Buenos Aires), Flavio Rapisardi (representante del INADI) y Esteban Paulón (secretario general de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans), hizo referencia a la situación política en Argentina en materia de derechos sexuales y distintas prácticas – en particular de trabajo legislativo - destinadas a mejorar decisivamente esa situación. El segundo estuvo integrado por representantes de financiadoras internacionales como Mama Cash, ARCUS y Open Society, quienes dieron cuenta de las estrategias que, en este momento, procuran expandir los resultados exitosos en materia de financiamiento para los movimientos LGTB en diversas regiones. El tercer panel estuvo conformado por miembros de distintos organismos de gobierno (ONUSIDA, la Comisión de Derechos Humanos del gobiernos de Nueva Zelanda y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires), quienes expusieron los avances que se están produciendo en cuanto al cumplimiento y promoción de los derechos humanos de las personas LGTB. Además de expositores y panelistas, el evento contó con la presencia de activistas de países como Estados Unidos, Bangladesh, Croacia, Argentina, Honduras, India, Malawi y Canadá, entre otros.


Cada una de las prácticas óptimas expuestas recibió halagos, críticas y sugerencias al nivel de su diseño y ejecución, de su implementación en contextos específicos y de sus resultados y proyecciones a futuro. La diversidad de enfoques, realidades culturales y posiciones políticas fue notoria como también lo fue el acuerdo en torno a la necesidad de promover formas activas, empoderantes y celebratorias de cambio cultural, social y político y la apertura de espacios para el intercambio internacional de experiencias exitosas.

Mauro Cabral Co-director de GATE (Global Advocates for Trans* Equality)
CLAN - Centro Latino - Americano en Sexualidad y Derechos Humanos